“Es importante reconocer a tiempo cualquier signo de dificultad respiratoria, sobre todo en niños de riesgo. El tratamiento hospitalario evitará complicaciones, ayudando al niño a respirar y mantenerlo hidratado. Para ello, podemos administrar oxígeno suplementario o dar apoyo ventilatorio. Además, pequeños volúmenes de alimentación líquida de modo frecuente mediante el uso de sonda, a través de boca y nariz, e incluso por vía endovenosa, de ser necesario”, señala el Dr. Carlos José Mendoza Fox, neumólogo pediatra de nuestra clínica.

¿En qué consiste la bronquiolitis y qué la causa?                                                                                      

Es una infección respiratoria aguda que provoca obstrucción bronquial, precedida por un cuadro similar al resfriado común y que afecta por lo general a niños menores de 2 años. Esta patología frecuente es causada por virus, principalmente rinovirus y virus sincitial respiratorio, también por influenza, adenovirus, coronavirus, etc.

¿Cuáles son sus síntomas?

Inicialmente presenta rinorrea, tos y fiebre leve, posteriormente hay dificultad para respirar y sibilancias (“silbido de pecho”). En casos severos hay gran aumento de la frecuencia respiratoria y retracciones (“hundimiento de costillas”).

¿La bronquiolitis es contagiosa?

El virus que lo causa lo es, pero no necesariamente todo niño contagiado va a presentar bronquiolitis, de hecho, la mayoría tendrá un cuadro similar a un resfrío común.

¿Cómo prevenirla?

• Fomentando la lactancia materna, pues se asocia a un menor riesgo de bronquiolitis y, de presentarse, a una mejor evolución.
• Evitando el tabaquismo materno para disminuir la incidencia y severidad de la bronquiolitis, sobre todo durante la gestación.
• Cumpliendo rigurosamente el calendario de vacunas del bebé.
• A fin de disminuir el riesgo de hospitalización en los pacientes de alto riesgo, se sugiere administrar anticuerpos monoclonales contra el virus sincitial respiratorio.

Recomendaciones en casa: 

• Mantener los ambientes adecuadamente ventilados.
• Evitar contacto con personas que presenten cuadros respiratorios.
• Lavado frecuente de manos y vacunación contra la influenza por parte de las personas que cuidan al bebé.
• Evitar la exposición al tabaco y la contaminación ambiental.

Dr. Carlos José Mendoza Fox
Neumólogo pediatra de la Clínica Ricardo Palma