Si tu niño acaba de iniciar por primera vez el nido, es lógico que esté experimentando nuevas y diversas emociones ante las cuales los padres deben estar muy atentos para brindarles todo el soporte que puedan necesitar, ya que aún son muy pequeños. Antonella Galli, psicóloga de nuestra clínica, nos brinda algunas recomendaciones para que los padres puedan acompañar asertiva y efectivamente a sus hijos en esta nueva y maravillosa etapa que acaban de iniciar.
- Transmíteles seguridad y tranquilidad. Los niños sienten las emociones de los adultos. Manténganse tranquilos y serenos cada vez que lleven al nido a su pequeño, para que tenga una respuesta y emoción positiva a la separación. Que no los vean angustiados, nerviosos o preocupados, por el contrario, muéstrense alegres para que su pequeño vea lo felices que se encuentran por el inicio de esta nueva etapa.
- Léanle libros en donde los personajes se desenvuelvan dentro de un nido. Así el niño irá reconociendo las situaciones que ya empezó a vivir, y podrá conocer otras experiencias que pronto vivirá. Aprovechen este momento para contarle a su niño la dedicación con la que seleccionaron el nido en el que ha iniciado a estudiar, así se sentirá más seguro y satisfecho.
- Refuercen los mensajes a través del juego. Usen los juguetes y peluches de su pequeño para preguntarle cómo le ha ido estos primeros días de clase, pregúntenle sobre sus profesores y amiguitos. A través de estas dinámicas de juego podrá saber qué es lo que más le ha gustado y lo que no, para que de este modo pueda saber qué aspectos deberá reforzar.
- Mantengan constante comunicación con los docentes. Si hay algunos aspectos a mejorar que dependen de los maestros, será recomendable que se los hagan saber, así trabajarán de modo sinérgico con un mismo objetivo: el bienestar del pequeño.
- Fomenten la independencia y socialización. Para que su hijo sienta mayor seguridad de sí mismo, refuercen su independencia. Por ejemplo, organícense con otros papás y/o cuidadores para que los niños puedan reunirse a jugar en el parque. De esta forma, su hijo se irá relacionando más con sus compañeritos fuera del salón, fomentando un vínculo que le hará sentirse en un entorno más cercano y acogedor.
Recuerden que este es un nuevo mundo que empieza a vivir su niño, un proceso al que cada pequeño se irá adaptando a su propio ritmo.
Antonella Galli
Psicóloga de Clínica Ricardo Palma