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03 de agosto del 2018
Lo más peligroso del hígado graso es que es un mal silencioso. No presenta síntomas, por lo que se suele diagnosticar cuando se realizan pruebas de hígado por otras razones. Aun así, explica la doctora Adelina, gastroenteróloga de la Clínica Ricardo Palma y jefa de la Unidad del Hígado del Loayza, «hay exámenes que nos ayudan a identificar personas con más riesgo, como los pacientes con resistencia a la insulina, los que tienen triglicéridos elevados, los diabéticos, los que tienen transaminasas elevadas o los que tienen plaquetas bajas»
Hay dos tipos de este mal y están asociados a sus causas: el hígado graso alcohólico y el no alcohólico. En el caso del primero, el hígado se esfuerza por descomponer la mayor parte del alcohol que se bebe, y en el proceso puede generar sustancias dañinas que afectan las células del hígado, lo que provoca inflamación y debilita las defensas naturales del cuerpo. El hígado graso no alcohólico, por su parte, se presenta en personas con sobrepeso, diabetes, con hábitos alimenticios inadecuados o sedentarias. Estas razones lo han convertido en la enfermedad hepática más frecuente en el mundo actual
Cualquiera sea el caso, si esta enfermedad no se trata y se vuelve crónica inflamará y dañará las células del órgano, lo que puede causar fibrosis o cicatrización, y derivar en cirrosis o cáncer
El tratamiento, como es de suponer, depende de la causa del hígado graso. Si es por alcohol hay que dejar de beber; si es por obesidad se debe bajar de peso; si es por diabetes o resistencia a la insulina hay que tratar la diabetes; si es por fármacos hay que descontinuar las medicinas, explica la especialista. La prevención, como siempre, va de la mano con evitar los excesos
No todo es alegría
El hígado graso es la enfermedad hepática más frecuente actualmente. Gran parte de su gravedad se debe a que es un mal muy difícil de diagnosticar
Para que ese hígado siga prístino
Diagnóstico
No es fácil diagnosticar el hígado graso. Si se presentan resultados anormales en pruebas del hígado que se hayan hecho por otras razones, se realizarán varios procedimientos que incluyen ecografías, examen físico, análisis de sangre y de imágenes, y a veces una biopsia
Algunos indicios
Hay algunos signos de hígado graso que se hallan en las pruebas médicas, como un hígado agrandado o ictericia (color amarillento de la piel). En los casos crónicos, los pacientes reportan fatiga, debilidad, dolor de pierna e hinchazón abdominal
Carnes rojas
Según un estudio de la Universidad de Haifa (Israel), el consumo de carnes rojas y procesadas aumenta la probabilidad de padecer hígado graso.En esta investigación participaron 800 mujeres y varones con edades comprendidas entre los cuarenta y los setenta años. El 37,8% de ellos padecía de hígado graso no alcohólico
Mejor al punto
El estudio israelí, dirigido por la doctora Shira Zelber-Sagi, y publicado en la revista Journal of Hepatology, halló que el consumo menos saludable de carnes rojas se da cuando se fríen o asan en exceso, lo cual produce compuestos proinflamatorios denominados aminas heterocíclicas presentes en el hígado graso y en la resistencia a la insulina
Bajarle a la carne
La investigación de la doctora Shira Zelber-Sagi recomienda consumir carnes rojas y muy procesadas con moderación. Son mejores las carnes blancas, como el pollo, el pavo o el pescado. Además, aconseja hervir los alimentos en lugar de freír o asar la carne
Peligro a la vista
Un reciente estudio publicado por «Journal of Hepatology», confirma que el alcohol es la principal causa de cirrosis hepática y muertes relacionadas con el hígado. El estudio también ha confirmado que beber durante la última parte de la adolescencia podría ser el primer paso hacia problemas hepáticos en la edad adulta
Dra. Adelina Lozano
Gastroenteróloga de la Clínica Ricardo Palma