La apendicitis aguda se produce cuando el apéndice cecal se inflama. El apéndice cecal es una extensión del intestino grueso, que no realiza ninguna función después del nacimiento. ¿Qué sucede cuando esta condición se presenta en niños? Esta semana, el doctor José Luis Apaza, cirujano pediátrico de la Clínica Ricardo Palma , aclara los mitos más difundidos al respecto

Mito 1
Los niños no sufren de apendicitis

Falso. Un niño puede tener apendicitis aguda por: estreñimiento, antecedentes de infección respiratoria o digestiva, infección por parasitos, etc. “Se debe sospechar que el niño puede tener apendicitis al presentar dolor abdominal por más de seis horas, cuya intensidad va en aumento con el transcurso del tiempo. El dolor suele ser primero difuso y luego se localiza en el lado derecho del abdomen bajo. También náuseas y vómitos, fiebre, mal estado general, etc”, dice el especialista

Mito 2
No hay problema si el diagnóstico no es rápido

Falso. Cuando la evolución de la apendicitis es mayor a las 24 horas puede causar una peritonitis generalizada. “Esto complicaría el cuadro clínico y hay riesgo de contraer una infección en la zona abdominal. El diagnóstico es clínico, es decir, basado en el examen físico y la evolución de los síntomas que refieren los padres y el niño. Se realizan análisis de sangre y pruebas de imágenes como la ecografía”, dice Apaza. Se podría usar una tomografía con contraste para confirmar el diagnóstico

Mito 3
En estos casos se pueden usar solo medicamentos

Falso. “El único tratamiento es la cirugía”, dice contundente el Dr. Apaza. Agrega que esta debe efectuarse apenas se obtenga el diagnóstico de un cirujano pediatra. “Se puede realizar por apertura de la cavidad abdominal y el tratamiento quirúrgico del apéndice inflamado. También se puede hacer con laparoscopía, que es mínimamente invasiva”. La recuperación puede ir desde los tres hasta los cinco días de hospitalización. “Recordemos que los niños siempre se recuperan más rápido”, señaló

Dr. José Luis Apaza
Cirujano pediátrico de la Clínica Ricardo Palma