Esta enfermedad es más frecuente en niños menores de 10 años, especialmente los menores de 5 años, que se encuentran más expuestos al contagio debido a la propagación de infecciones que puede darse en las guarderías, por ejemplo. Si bien es cierto que al exponerse al virus y adquirir anticuerpos los pequeños se vuelven inmunes con el tiempo, no es imposible que adolescentes y adultos contraigan la enfermedad, comenta la Dra. María Ysabel Acosta, pediatra de nuestra clínica.

¿Qué es la enfermedad de manos pies y boca?

Es una enfermedad viral leve y contagiosa caracterizada por la aparición de llagas en la boca y erupciones cutáneas en las manos y en los pies. Su causa más común es la infección con el virus de Coxsackie A16, transmitido principalmente por vía oral y el contacto con la persona infectada, a través de: secreciones nasales y de la garganta, saliva, líquido de ampollas, heces y gotículas esparcidas al toser o estornudar.

Algunos síntomas que puede presentar son:

• Fiebre, dolor de garganta, sensación de malestar general.
• Lesiones dolorosas en forma de ampollas en la lengua, las encías y parte interna de las mejillas.
• Erupciones cutáneas que no presentan escozor, en forma de llagas, ampollas o sarpullido en las manos, los pies y, a veces, en los glúteos.
• Irritabilidad y pérdida del apetito en los más pequeños.

¿Cuándo llevar a mi hijo a un centro de salud?

Generalmente esta enfermedad puede tratarse en casa, siguiendo las indicaciones del médico tratante. Será importante mantener bien hidratado al menor y controlar la fiebre. Debemos llevarlo a un centro de salud si:

• No bebe suficiente líquido
• No muestra mejoría luego de 10 días y los síntomas son graves
• Tiene el sistema inmunitario debilitado
• Es muy pequeño, sobre todo si es menor de 6 meses

Recomendaciones para reducir el riesgo de infección:

• Realizar una correcta higiene de las manos, especialmente luego de ir al baño, cambiar el pañal y antes de preparar los alimentos e ingerirlos. Posteriormente, desinfectarlas con alcohol.
• Si tu bebé asiste a una guardería o nido, exige una limpieza y desinfección minuciosamente de las áreas comunes y objetos con los que el bebé tenga contacto, incluidos los biberones o chupones.
• Inculca buenos hábitos de higiene a tu hijo desde pequeño, evitando que se lleve objetos o las manos a la boca.
• No envíes a tu niño al nido o guardería hasta que esté curado. De igual modo en casa, extremar los cuidados ya que esta enfermedad es sumamente contagiosa.
• Si tu bebé está infectado, ofrécele alimentos suaves, que pueda comer fácilmente y a temperatura ambiente.

Dra. María Ysabel Acosta
Pediatra de la Clínica Ricardo Palma