¿Cuándo tu hijo no te hace caso gritas y le dices que es un desobediente y que ya no verá su programa favorito? Esta forma de educar no es correcta porque te estás basando en la agresividad y las amenazas. Para la psicóloga Antonella Galli este tipo de crianza daña la autoestima de tu niño, impide que controle sus emociones, lo hace violento y puede generarle ansiedad o depresión. “A veces el cansancio, la falta de tiempo o el propio carácter de nuestro hijo hace que recurramos a los gritos y amenazas. Esto que parece inofensivo, puede a la larga afectar o alterar el comportamiento del menor”, indica la especialista

Para que eduques sin gritos ni amenazas haz lo siguiente:

1. Habla con claridad. Cuando quieras que tu hijo haga alguna actividad vocaliza bien las palabras y llama su atención, sin alzar la voz. Puedes decirle: “Pepito, escúchame un momento. Ve y guarda tus juguetes”
2. Dale mensajes positivos. En vez de decirle:”Luisito, como no tendiste tu cama ya no irás a jugar al parque” cambialo por “ Eres un buen niño y sé que no te gustaría recibir una sanción por no tender tu cama”
3. No seas autoritaria. No cometas el error de decirle a tu retoño: “Aquí mando yo”. Esto solo genera miedos y resentimientos. Explícale tus decisiones con palabras sencillas
4. Ponte en sus zapatos. ¿Te gustaría que te griten o te estén amenazando a cada rato si no haces algo? Piensa en cómo se siente si siempre lo tratas así. Si lo hacías, para ahora mismo y cambia ese modo incorrecto de crianza

Alzar la voz puede parecer inofensivo, pero en realidad estás dañando la autoestima de tu niño. No te alteres, si tu hijo no cumplió con lo que le encomendaste, respira profundo y pregúntale por qué no lo hizo. Escucha sus argumentos cuando termine explícale sobre la importancia de ser responsable y dile que lo haga en ese momento

Lcda. Antonella Galli
Psicóloga de la Clínica Ricardo Palma