“De los 480,483 nacimientos registrados en el año 2017, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES), la prematuridad representó el 21,8% del total, de los cuales el 6,4% son prematuros extremos; es decir, pesaron menos de kilo y medio. Debido al buen cuidado en las unidades de recién nacidos y la tecnología existente, se ha incrementado la sobrevida; sin embargo, poco se han analizado las posibles secuelas o necesidad de atención neurológica de los bebes prematuros”, señala la Dra. Pamela Muñoz, neuróloga pediatra de nuestra clínica.

¿A qué bebé se le considera prematuro?

Son prematuros aquellos bebés nacidos antes de las 37 semanas. Los prematuros extremos nacen antes de las 28 semanas y con un peso menor a 1.500 gramos.

¿Cuáles son sus principales causas?

Las principales causas están relacionadas a enfermedades crónicas maternas preexistentes (diabetes, hipertensión, enfermedades reumatológicas, etc.), gestantes mayores a 36 años, embarazo múltiple, tabaquismo materno.

¿Cuáles son las probabilidades de que el bebé prematuro padezca un trastorno del neurodesarrollo?

Con un peso al nacer inferior a 1.500 g la probabilidad de padecer un trastorno del neurodesarrollo es entre 5 a 10%. Si es inferior a 1000 g del 20 % y en pesos inferiores a 800 g hasta de un 40%.

¿Qué secuelas neurológicas pueden presentar a futuro?

El bebé prematuro nace en una fase del desarrollo cerebral llamada: organización, donde las diferentes neuronas hacen conexiones o sinapsis, por lo que si esta fase no llega a concluirse todas estas conexiones podrían no darse adecuadamente, produciendo una serie de dificultades en el desarrollo del bebé:

• Riesgo de presentar alteraciones motoras, esto ocurre por lesiones en las conexiones de las neuronas (circuitos motores) relacionados al control del movimiento entre las que incluyen parálisis cerebral infantil, retraso motor, hipertonía e hipotonía.
• Retrasos y dificultades del lenguaje.
• Dificultades conductuales, tales como problemas de comportamiento y de atención.
• Déficit de atención e hiperactividad.
• Dificultades en el aprendizaje, tales como alteraciones en la memoria y déficit cognitivo (discapacidad intelectual).
• Trastorno del espectro del autismo.
• Trastornos de ansiedad y otros problemas emocionales y psiquiátricos.

Recomendaciones de la especialista:

Los padres de un bebé prematuro deben ser informados que su bebé se considera de alto riesgo neurológico y con una posibilidad incrementada (en relación al resto de bebés) de presentar alguna diferencia en su neurodesarrollo, por ello:

• Deben estimular a su bebé con regularidad y consultar con su pediatra sobre dudas en cuanto a su desarrollo.
• Acudir a los controles con un neuropediatra, quien realizará el seguimiento de su neurodesarrollo para detectar cualquier tipo de anomalía en el bebé y en su desarrollo. Se recomiendan controles a los 3, 6 y 12 meses, y a los 2, 5 y 7 años.

Dra. Pamela Muñoz
Neuróloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma