Las personas pueden contraer hongos en las uñas de los pies en cualquier época del año; sin embargo, el verano suele ser la temporada en dónde están más propensas a padecerlo. Esto se debe a factores como: mayor humedad local (debido a la sudoración o al contacto con el agua), empleo de zapatos ajustados, prácticas deportivas o empleo de esmaltes y quitaesmaltes, entre otros. Todo esto daña la queratina de las uñas, alterando su integridad permitiendo el ingreso de agentes contaminantes. A continuación, el Dr. Carlos Sordo, dermatólogo de la Clínica Ricardo Palma, nos brinda mayor información.

Síntomas

Al inicio la infección micótica no suele dar síntomas; sin embargo, puede presentarse dolor y secreción purulenta en el lecho y bordes ungueales, dependiendo del tipo de hongo o si existe infección bacteriana añadida. En la mayoría de los casos, solo se observan algunas alteraciones estructurales como: cambios de color, separación, engrosamiento o destrucción de las uñas.

Prevención

Las siguientes medidas ayudarán a prevenir dicha infección:

• Realizar una higiene adecuada manteniendo la piel y las uñas secas, además de humectadas.
• Evitar dañar o retirar la piel que rodea las uñas (cutícula), ya que constituye el sello y barrera que impide el ingreso del agua y agentes infecciosos.
• Utilizar medias y zapatos holgados y cómodos, así como zapatillas adecuadas al practicar deporte, pues permiten una buena ventilación sin deformar los pies.
• Evitar caminar descalzo.
• Utilizar pinzas, tijeras o cortauñas personales destinados específicamente para las uñas afectadas desinfectando estos utensilios después de su uso.

Tratamiento

Previo al tratamiento se debe realizar un examen directo y cultivo de las uñas para confirmar y determinar el tipo de hongo. Luego, dependiendo del grado de compromiso y número de uñas afectadas, así como de la edad y tipo de paciente a tratar, se puede instaurar un tratamiento local o sistémico, lo que determinará la duración del mismo.

Errores frecuentes que interrumpen el tratamiento

• Emplear agentes antimicóticos inadecuados para el tipo de hongo o administrarlos en dosis insuficientes y por menos tiempo.
• No desinfectar la ropa, zapatos o duchas en casa.
• Acudir a zonas públicas sin la protección debida.
• No adoptar medidas de prevención adecuadas.
• Automedicarse tratando afecciones de las uñas debidas a otros factores, como si se tratara de infecciones micóticas.

Complicaciones más frecuentes

• Compromiso de otras uñas del pie produciendo engrosamiento, deformidad y molestias al caminar.
• Contagio de las uñas de las manos o de otras partes del cuerpo; pudiendo contagiar también a la familia.
• Propiciar infecciones localizadas (paroniquias) o más severas (celulitis) lo que pone en riesgo la salud del paciente.

Pueden presentarse efectos secundarios al tratamiento, de ahí la importancia del control y seguimiento médico oportuno.

Dr. Carlos Sordo
Dermatólogo de la Clínica Ricardo Palma