Tras ser incluidos en la primera etapa de vacunación contra el COVID-19, muchos adultos mayores ya han sido vacunados, sin embargo, deben continuar con las medidas de precaución para evitar el contagio hasta que la gran mayoría de personas estén protegidas

Si bien es cierto que la vacunación general es esencial en la lucha para controlar la pandemia, es necesario también que todos asumamos el compromiso de seguir protegiéndonos, sobre todo a la población más vulnerable

“La vacuna permite que los adultos mayores no desarrollen la enfermedad, pero entre la primera y la segunda dosis hay tres semanas. Y para que ésta haga efecto deben pasar unas tres semanas después de la segunda dosis. Ahí recién el organismo empieza a formar las defensas. Por eso es clave que, así estén vacunados, todos sigan extremando los cuidados de siempre: mascarilla, distanciamiento social y lavado de manos”, explica el Dr. Jorge Luis Solari, médico geriatra de nuestra clínica

El especialista advierte que un vacunado puede infectarse y contagiar a otras personas, haciendo más lento el control de la pandemia. Recomienda que si el paciente tuvo COVID-19, debe informarlo para determinar cuándo es mejor vacunarse (pues ya generó anticuerpos) y si será necesario que reciba una o dos dosis

Muchos temen a los efectos secundarios que puedan causar estas vacunas, sin embargo, los adultos mayores suelen tener el sistema inmune menos reactivo, por lo que las reacciones secundarias son menores.  Finalmente, Solari recomienda a los adultos mayores que se vacunen, pues de este modo se minimiza el riesgo de contagio, hospitalización o muerte

Dr. Jorge Luis Solari
Geriatra de la Clínica Ricardo Palma

Fuente: El Comercio