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28 de octubre del 2024
El ictus isquémico, también conocido como infarto cerebral, es una emergencia médica que requiere atención inmediata. Esta afección ocurre cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se obstruye, impidiendo que el oxígeno y los nutrientes lleguen al tejido cerebral, lo que provoca daño irreversible en las neuronas. La Dra. Marla Gallo, neuróloga coordinadora de la Unidad de Ictus de nuestra clínica, nos explica los efectos de un ictus y las mejores formas de tratarlo y rehabilitarse.
¿Qué es un ictus isquémico?
El ictus isquémico es una enfermedad que afecta las arterias del cerebro. Se produce cuando un coágulo obstruye un vaso sanguíneo, cortando el flujo de sangre y oxígeno al cerebro. Esto causa un daño cerebral que puede ser permanente si no se trata rápidamente.
¿Cuál es el tratamiento para el ictus isquémico?
El tratamiento temprano es fundamental para reducir las secuelas del ictus. Se utiliza un medicamento llamado alteplase, administrado por vía intravenosa, que disuelve el coágulo y permite que la sangre fluya nuevamente al cerebro. En algunos casos, se puede recurrir a un tratamiento endovascular, donde un catéter extrae el coágulo de manera directa.
¿Qué efectos físicos pueden ocurrir después de un ictus?
Los efectos físicos varían según la gravedad del ictus y el área afectada del cerebro. Entre los más comunes se encuentran:
¿Cómo se lleva a cabo la rehabilitación después de un ictus?
Aproximadamente dos tercios de los sobrevivientes de un ictus requieren rehabilitación para recuperar la funcionalidad y mejorar su calidad de vida. La rehabilitación tiene como objetivo ayudar al paciente a reaprender las habilidades que perdió, aumentar su independencia y prevenir complicaciones como infecciones o úlceras por inmovilización.
¿Qué papel juega la neuroplasticidad en la rehabilitación?
La neuroplasticidad es el proceso por el cual el cerebro puede «reconectarse» para recuperar funciones perdidas. La práctica repetitiva y bien dirigida es clave en este proceso, ya que permite que otras áreas del cerebro asuman las funciones que antes desempeñaba la zona dañada.
Recuerda: El tratamiento temprano y la rehabilitación continua son esenciales para mejorar el pronóstico y la calidad de vida después de un ictus.
Dra. Marla Gallo
Neuróloga coordinadora de la Unidad de Ictus de la Clínica Ricard